3erPolo Petrolero
La única oportunidad del petróleo en Venezuela
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Actualmente los ingresos que genera la industria petrolera están básicamente destinados al pago del servicio de la
deuda externa e interna, (incrementada por el actual gobierno) por lo que la utilización de estos ingresos para inversión
productiva es nula. Bajo esta óptica la recuperación económica del país y la creación de un sistema de seguridad social eficiente
tomaría, según estimaciones de muchos economistas, un lapso de al menos quince años. Otros más optimistas, estiman diez años,
siempre y cuando se cambie la actual política petrolera basada en recortes de producción para mantener precios altos en el
mercado mundial. Sin embargo, el principio probado por las naciones más
desarrolladas, de generar la riqueza en base al ahorro colectivo de la población mediante la generación de una actividad económica
productiva y competitiva que permita un ciclo de reinversión de ese ahorro colectivo, todavía se emplea vagamente por nuestros
economistas y las clases dirigentes del país, quienes se aferran aún a la dependencia de la renta petrolera. También es un hecho notorio que los países desarrollados
no han basado su riqueza en la explotación de algún recurso abundante que la naturaleza le haya provisto (USA, Inglaterra
y Noruega son ejemplos claros, en el caso del petróleo) siendo por el contrario que todos los países productores de petróleo
y que han basado su economía en ese mineral aún permanecen en el atraso y la miseria, algunos con menores índices de desarrollo
que otros que no tienen petróleo. Por otra parte, también es notorio que la explotación del
petróleo en la mayoría de los países productores lejos de convertirse en promotores de los principios democráticos han propendido,
más bien, a soportar gobiernos autocráticos donde un grupo minoritario de la población disfruta de los beneficios generados
por la industria y el resto de la población no tiene ningún tipo de acceso o posibilidad de disfrutar de un derecho que le
corresponde. Es la tendencia de los Petro-Estado y Venezuela no ha sido la excepción. Un concepto importante para destacar, es la proposición
del Dr. Vernon Smith, premio Nóbel de Economía 2002, que propugna el nuevo paradigma de la responsabilidad social del Estado
en función de transferir a la ciudadanía los activos públicos, especialmente aquellos que tengan que ver con explotaciones
mineras y particularmente con la industria petrolera, para que esas sociedades se puedan beneficiar directamente de esta riqueza.
Se trata de crear un nuevo sistema económico sustentado en la idea de que los activos públicos de una nación pertenecen a
sus ciudadanos y que estos bienes pueden ser conducidos hacia beneficios individuales y de libre selección, sin la tradicional
intermediación gubernamental. El petróleo en Venezuela, en base a sus reservas y las
proyecciones de consumo mundiales para los próximos treinta años, todavía tiene la oportunidad de catapultar la economía nacional
y cumplir el rol social que se le ha negado en los últimos 28 años, así como fortalecer las instituciones democráticas del
país y las libertades individuales de la población. La introducción de una Ley Orgánica que transfiera los
beneficios generados por la industria petrolera a todos los venezolanos mayores de 18 años comenzaría a solventar la gran
deuda social que tiene el Estado Venezolano con la sociedad y sería la forma de democratizar realmente la industria petrolera. La transferencia de estos recursos a la sociedad a través
de un fondo de ahorro de capitalización individual para crear fondos mutuales, de pensiones o fideicomisos que además de beneficiar
al ciudadano en aspectos de salud y educación, permitirá la creación de un ahorro colectivo en el sistema financiero nacional
que se puede utilizar en la inversión de actividades productivas que generen empleo y contribuyan efectivamente a abatir la
pobreza. La aprobación de esta Ley además de cumplir con la responsabilidad
social del Estado, es la manera más efectiva de eliminar el Petro-Estado y sus perniciosas consecuencias para la sociedad
y la democracia. |
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